La  pesca: 

      La proximidad del río Torío (que en su discurrir nos atraviesa, por el flanco este, de norte a sur) y la gran abundancia de truchas autóctonas que había en él despertaban con facilidad la inquietud de cómo poder capturar a esas hermosas truchas moteadas de puntos rojos, negros, marrones y amarillentos, y que destacaba sobre todo por su gran viveza y rapidez para ponerse a resguardo.

     Muchos eran los osados en disponerse en capturarlas por métodos prohibidos por la ley: a mano, con tenedor, con red, con trasmallo, con buitrón, con garrafa, ............ hasta que muchos de los vecinos del pueblo comenzaron a disfrutar de la sensación que da la captura de este precioso ejemplar utilizando la llamada caña de pescar. Las primeras cañas eran de bambú (muy pesadas) y el arte más utilizado era la pesca con "lombriz" (moruca) y la pesca a "gusarapín o gusarapa"; luego comenzaron a aparecer nuevas artes como la cucharilla, la pesca con "mosca ahogada artificial" (hoy popularmente llamada "pescar a pluma") y como arte más sofisticado la pesca a "mosca seca" (sobre todo permite disfrutar muchísimo más de lo que significa la captura de una pieza por que conlleva precisión en el lance, excelente visión de la mosca, percibir la subida de la trucha a tomar la mosca y la reacción del clavado por parte del pescador). Los tiempos van cambiando, las truchas van aprendiendo y cada día este arte de la pesca es más complejo y exige más precisión, experiencia y buen hacer en los ríos.

       Muchos eran los pescadores del pueblo como Gerardo (pescador de cebo y pluma), Raúl (experto con la cucharilla), Sila (la única mujer aficionada, sobre todo a cucharilla), Baldomero (buen pescador de cebo), Poldo (cuharillero), Gino, Guerra, Tarzán, Antonio León, Saro, Diosdado, Manolo, Adolfo, Celso, Jesús, ...... y en la actualidad sobre todo Juan Carlos (pescador preferentemente de pluma y mosca seca), Roberto (pescador de pluma, cebo y cucharilla), Tino (cebero de gusarapín, más conocido como "Floro"), Manolín (más bien de cucharilla).......... y por fin parece ser que un joven muchacho llamado Jairo se ha aficionado, a pesar de los momentos por los que atraviesa la pesca con caña, ya que la contaminación ha producido un enorme declive, en cuando a la cantidad de trucha, en los ríos de la provincia y ,cómo no, también en el Torío.

  Algunos pescadores es tal la afición que tienen por la pesca que les ha despertado la inquietud de realizar ellos sus propias moscas de pesca, como es el caso de Juan Carlos desde los 12 años de edad (comienzos de los años 70, copiando el arte de montaje de moscas de su gran maestro Manuel Calvo Vega) y entrados los años 1986/1987 comenzó con el montaje de moscas secas siendo en la actualidad su modalidad de pesca preferida y con la que más disfruta; también Roberto (él de Carmina) comenzó montando moscas ahogadas en la escuela de Formación Profesional de La Robla y en la actualidad también monta moscas secas aunque sus artes preferidas siguen siendo la cucharilla y ,sobre todo, el cebo de "gusarapín" y la pesca a pluma. Estos dos montadores de moscas también tienen sus propios gallos de pluma en Naredo, a los cuales rigurosamente realizamos nuestras pelas, en menguante, cada 90 días y posteriormente seleccionamos la misma y guardamos con mucho esmero teniendo cuidado no sea dañada por la polilla. 

 

 

Algunas de nuestras moscas aparecen en estas instantáneas: